20 minutos de improvisación pueden mejorar nuestra salud mental

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Cada vez es más frecuente ver posts, entradas o artículos sobre salud mental, incluso en el contexto de nuestro trabajo. ¡Está muy bien que empecemos a prestarle atención! En este contexto, los temas que aparecen con más frecuencia son la meditación, el yoga o el ocio activo. Por otro lado, resulta que un método igualmente bueno para cuidarnos puede ser... el entrenamiento de la improvisación .

En este texto aprenderás:

  1. cómo aprende el cerebro nuevas formas de hacer las cosas
  2. por qué los ejercicios de improvisación pueden tener un impacto positivo en nuestro bienestar
  3. en qué medida puedes cuidar tu salud mental mediante técnicas de improvisación

El entrenamiento diario en improvisación repercute positivamente en la salud mental

Un estudio de 2020 publicado en la revista Thinking Skills and Creativity demuestra que practicar la improvisación durante al menos 20 minutos al día puede mejorar significativamente nuestro estado de ánimo y aumentar nuestra tolerancia a la incertidumbre. Estos elementos nos ayudan a soportar mejor las situaciones estresantes cotidianas, aumentando nuestra resiliencia mental.


El modo en que aprendemos cosas nuevas y creamos nuevas respuestas a situaciones nuevas no es, a pesar de las apariencias, tan complicado. Según Mary Slaughter y David Rock, del NeuroLeadership Institute, el cerebro forma conexiones neuronales más fuertes cuando el proceso de aprendizaje requiere nuestra participación activa y nuestra atención. Este esfuerzo activo nos facilita utilizar las habilidades aprendidas y almacenar mejor la información en nuestra memoria. Esto está relacionado con el aprendizaje por la experiencia, experimentar activamente una situación y aprender de ella.

El proceso de cambio se facilita utilizando herramientas de improvisación

Analicemos más detenidamente este proceso. Si nos encontramos en una situación que nos saca del piloto automático y, por tanto, requiere que estemos comprometidos y atentos, entran en juego una serie de procesos de nuestro cerebro. Se activa nuestra capacidad natural de buscar oportunidades y resolver problemas. Se produce un aumento de la liberación de dopamina, que está asociada a la recompensa y vinculada a la motivación y al aprendizaje de cosas nuevas.

En los talleres de improvisación aplicada, los participantes toman parte en una serie de ejercicios que requieren precisamente este compromiso y atención: pasar del modo piloto automático al control manual, elegir conscientemente la propia reacción en lugar de reaccionar de forma automática, esquemática. En inglés, este elemento está brillantemente diferenciado por 2 verbos: "respond" (elegir conscientemente reaccionar) y "react" (responder automáticamente, esquemáticamente).

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Reaccionar frente a responder

Además, durante los talleres de improvisación hay dos elementos importantes que apoyan nuestro proceso de construcción de nuevas formas de hacer las cosas. El primero es la risa, que en cierto modo es un efecto secundario de los ejercicios de improvisación. El humor y la diversión son herramientas que alivian la tensión, reducen el estrés y ayudan a probar nuevas formas de hacer las cosas.

El segundo elemento importante es el apoyo activo del grupo. Cada participante en la clase toma parte en los ejercicios y experimenta así con sus hábitos. A ello contribuyen los propios ejercicios, la gran mayoría de los cuales están orientados a la acción en grupo y a la cooperación activa entre los participantes.

El entorno influye en la asimilación del cambio

Este triángulo - (compromiso activo + risas + grupo de apoyo) es el entorno ideal para un proceso saludable de promoción del cambio, el cambio de los hábitos de pensamiento y de acción, y la construcción de comportamientos buenos y positivos y en una variedad de situaciones estresantes

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triángulo de apoyo al cambio

Con este modelo, podemos aprender muchas habilidades nuevas y codificar cambios positivos en nuestro cerebro. Es lo que utilizamos en los talleres de improvisación para aprender, entre otras cosas, a encontrarnos más fácilmente en lo desconocido o a aceptar los cambios o las situaciones imprevistas.

Durante el entrenamiento de improvisación no sólo se intensifica el pensamiento, sino que también nos acompañan interacciones sociales y emocionales positivas. Esto facilita que nuestras neuronas "almacenen" nuevos patrones de comportamiento y aprendemos a afrontar las situaciones de una manera diferente, a menudo mejor para nuestra salud mental.

Otro punto es que la improvisación hace mucho hincapié en la comprensión y la aceptación de las ideas y reacciones de los demás. Esto elimina el conservadurismo, reduce el miedo a ser juzgado o a cometer un error. La práctica de la improvisación favorece también la apertura, ya que aprendemos a aceptar diferentes escenarios en situaciones nuevas. También amplía la capacidad de combinar diferentes pensamientos e ideas. Como resultado, ganamos en adaptación, resistencia al estrés y apertura a nuevas posibilidades, ideas y conceptos.

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la improvisación ayuda a hacer frente a la ansiedad, el estrés, el perfeccionismo y la falta de atención

Al practicar la improvisación, se observaron mejoras significativas en los síntomas de ansiedad, depresión y una reducción del perfeccionismo entre los sujetos. Y, como es bien sabido, el afán de perfección genera una enorme cantidad de estrés, por no hablar de que bloquea nuestras capacidades. Esta tesis fue respaldada por otro estudio más (estudio de 2017 publicado en el Journal of Mental Health), que analizaba los ejercicios de improvisación en el contexto de una intervención terapéutica.

Utilizar herramientas de improvisación para mejorar el bienestar

En resumen, un entrenamiento regular en improvisación nos permite codificar nuevas vías de comportamiento en nuestro cerebro, pasando del modo piloto automático al control manual. Esto hace queestemos menos estresados, que aceptemos mejor los cambios y que nos comprometamos más con las nuevas oportunidades.

¿No sabes cómo ponerte manos a la obra para mejorar tu salud mental utilizando la improvisación? Un buen método consiste en empezar por un curso, aprender los ejercicios en la práctica y luego aplicarlos a las situaciones de la vida y del trabajo a medida que vayan surgiendo.

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